martes, 1 de marzo de 2011

Kike no surrender

De todos los males que acechan a España sin duda, uno de los más peligrosos es la inminente desaparición del bar de toda la vida. Estamos sufriendo una autentica invasión de bares de diseño, de tapas superelaboradas, de tabernas de todos los países anglosajones, de bares de chinos...se está perdiendo la esencia del bar de toda la vida. Del bar con olor a fritanga y con camarero (vulgarmente conocido como jefe) desagradable pero con corazoncito, del palillo en la boca, del pacharan o el orujo después de comer, del suelo lleno de restos orgánicos y de sobras, del guiñote, de que la tapa más elaborada fuera una croqueta y la salmuera el más alto placer gastronómico. Pero sobre todo se echa de menos a los habituales, gente de edad madura para los cuales el bar era su casa y que compartian para todo aquel que quisiera (o no quisiera escuchar) sus reflexiones sobre la vida. Generalmente los temas de conversación versaban sobre lo malas que son las mujeres, el amariconamiento de la sociedad actual, fútbol (que nunca falte) y cualquier recuerdo por más que fuera absurdo.


 CRC…La Historia continúa!

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